domingo, 20 de febrero de 2011

SOBRE MI MISMO


En este momento en medio del cosmos tendido en medio de la nada y sobre el todo, abro mis brazos lo mas que puedo, veo alrededor de la oscuridad, con los destellos de luces que me tocan, grito, grito, me doy cuenta que estoy solo que no tengo a nadie a la mano, y veo mi más grande necesidad de ser escuchado, de ser oído, de tener al lado alguien, quiero compartir mi oscuridad, mi soledad, quiero sentirme vivo, quiero que suceda algo diferente, quiero que este espacio tuviera vida, todo a mi alrededor es inmóvil, es sin luz ni sonido, se siento frio, no tengo a la mano como abrigarme, lloro, salen lagrimas de mis ojos que calman mi cúmulo de soledad.


No recuerdo si alguna vez estuve en un espacio mejor que este, volteo a mi alrededor y me doy cuenta que los entes de la semana solo son luces que se alejan y se congregan con los suyos, se alejan y me dejan solo, es decir siempre lo he estado, como la noche más fría y desierta que haya vivido

Lloro como nunca lo he hecho y las lagrimas no tienen vacio, no caen no las oigo, no recupero mi estabilidad, quisiera dormir, cerrar los ojos pero no puedo mi mente y mi corazón están conectados a la par con la finalidad de vivir mi presente, quiero escapar, retroceder pero no puedo, es tal la energía que me hace permanecer inmóvil, quieto, alerta a lo que suceda, quiero interactuar, con la energía la cual me dice con su luz que no debería estar ahí, que ese espacio no me pertenece

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